La difícil implantación del régimen liberal
La difícil implantación del régimen liberal from Martha Cáceres
BLOQUE V. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN.
En el agitado período comprendido entre la muerte de Carlos III (1788) y la de Fernando VII (1833), España se debatió entre dos tendencias opuestas: por un lado, los intentos de implantar la revolución liberal, lo que en el ámbito político exigía el establecimiento de una monarquía parlamentaria y constitucional, y, por otro, la resistencia y oposición de la monarquía absoluta a tales pretensiones. Partidarios de una u otra tendencia se impusieron en distintos momentos de modo alternativo.
Se trata, por tanto, de una etapa de transición, marcada en sus comienzos por el impacto de la Revolución francesa, y caracterizada por un ritmo de avances y retrocesos en el camino hacia el nuevo modelo de sociedad y Estado a que aspira el liberalismo.
El reinado de Carlos IV se desenvolvió entre la hostilidad a la Francia revolucionaria y la sumisión a la Francia napoleónica. La crisis tuvo su momento culminante en 1808. Comenzó entonces una terrible guerra, que tuvo varias dimensiones: guerra patriótica frente a los ejércitos napoleónicos; guerra civil, pues una parte del país estaba del lado de José I Bonaparte, y, finalmente, guerra internacional, ya que España fue el teatro principal de operaciones de los ejércitos francés e inglés.
La guerra de la Independencia, con la labor legisladora de las Cortes de Cádiz –las primeras de tipo moderno-, ofreció la oportunidad de poner en marcha la revolución liberal burguesa, que se vio truncada al acabar la guerra con el retorno de Fernando VII y el establecimiento del absolutismo.
Un nuevo intento de revolución liberal se llevó a cabo entre 1820 y 1823, lo cual obligó al rey a someterse a un marco constitucional. No obstante, fue nuevamente frustrado, en este caso con una intervención militar extranjera, que restableció, por segunda vez, el absolutismo. Entretanto, España perdió la mayor parte de su imperio colonial.
56. Describe la Guerra de la Independencia: sus causas, la composición de los bandos en conflicto y el desarrollo de los acontecimientos.
La Guerra de la Independencia supuso la resistencia armada del pueblo español frente a la ocupación efectiva de España por Napoleón.
Causas:
a) Las rencillas internas de la familia real española fueron aprovechadas por Napoleón, quien consiguió, atraer a la ciudad francesa de Bayona a Carlos IV y a Fernando VII.
b) El 2 de mayo de 1808, el pueblo madrileño se amotinó y fue reprimido por las tropas del general Murat con extrema dureza.
c) En Bayona, Napoleón nombró rey de España a su hermano José Bonaparte, aunque mediante una fórmula de traspaso de poderes: Fernando VII devolvía el trono a su padre, quién renunciaba a él en favor de Napoleón, quien, a su vez, lo cedía a su hermano José.
d) Tras conocerse los hechos mencionados, se extendió la insurrección a todos los territorios no ocupados por el ejército francés.
Los bandos en conflicto: fue una guerra de liberación contra un invasor extranjero, pero también una guerra civil, ya que un importante sector aceptó a José I Bonaparte
a) La España de José I Bonaparte era la parte del territorio ocupada por el ejército francés. Contaba con el apoyo de los afrancesados, entre los cuales había serviles u oportunistas, también de muchos reformistas e ilustrados, que pretendían una modernización de España.
b) La España de la insurrección popular y la resistencia la integraban los territorios no dominados por el ejército francés. Afirmaban luchar en nombre de Fernando VII. Sin embargo, pertenecían a dos grupos ideológicos muy dispares.
1. Los liberales, pretendían el establecimiento de un nuevo tipo de monarquía.
2. Los absolutistas, partidarios del retorno de Fernando VII, como monarca absoluto.
Desarrollo de la guerra.
En los territorios donde triunfaron los rebeldes antifranceses se destituyó a las autoridades existentes y se crearon Juntas locales, la Junta Suprema Central, asumió la labor de dirigir la guerra contra los franceses, asimismo asumió el gobierno del país en las zonas no ocupadas.
La España de José I y los afrancesados contaba con el ejército napoleónico; los rebeldes, a su vez, disponían de la ayuda del ejército inglés y de la guerrilla popular. Los guerrilleros atacaban por sorpresa y después, huían y se escondían,
Se pueden distinguir tres fases.
Hasta noviembre de 1808: etapa de euforia y protagonismo de la resistencia española. Esta consiguió algunas victorias sobre el ejército francés, como la de Bailén (19 de julio) que impidió la ocupación francesa de Andalucía y creó tal alarma que José I abandonó Madrid para establecerse en Vitoria.
2. Desde noviembre de 1808 a enero de 1812. Napoleón decidió dirigir en persona las campañas militares en España; fueron de vital importancia la participación militar de Inglaterra en la contienda y la aparición de la guerrilla popular.
3. De 1812 al final de la guerra: la situación se invirtió. El Imperio napoleónico empezó a tener problemas en Europa, y en España la iniciativa de la guerra la tomaron los rebeldes y el ejército inglés –con el apoyo de Portugal-, que presionaron a los franceses a la retirada. El duque de Wellington al mando de las tropas hispano-británicas vencieron a las francesas en Arapiles (Salamanca), Vitoria (Álava) y San Marcial (Guipúzcoa) lo que obligó al ejército francés a retirarse en 1814.
A finales de 1813 se firmó el Tratado de Valençay, por el que Napoleón reconocía a Fernando VII como rey de España.
Guerrilla: forma de lucha en la que intervenían partidas armadas compuestas desde idealistas patriotas hasta bandidos. Conocían muy bien el terreno atacando por sorpresa la retaguardia de las tropas francesas y luego huían y se escondían. Recibían apoyo de la población civil. Algunos de sus cabecillas alcanzaron tal fama y prestigio que sus nombres pasaron a formar parte de la mitología popular.
58. Comenta las características esenciales de la Constitución de 1812.
La resistencia popular ante la invasión napoleónica se manifestó en la Guerra de la Independencia (1808-1813). En los territorios donde triunfaron los rebeldes antifranceses se destituyó a las autoridades existentes y se crearon Juntas locales, también hubo Juntas provinciales, coordinadas por la Junta Suprema Central que se encargó de la defensa del país y asumió las tareas de gobierno. El Estatuto de Bayona (6-6-1808) recogía, por primera vez, derechos individuales como la libertad de imprenta o la inviolabilidad del domicilio. En Cádiz, la Junta Suprema Central decide la convocatoria de unas cortes extraordinarias en 1809. La labor más importante de las Cortes de Cádiz fue la promulgación de la primera Constitución auténticamente española.
En la historia del Derecho está considerada como una de los mejores modelos del primer constitucionalismo occidental, a la altura de la Constitución francesa de 1791 o la norteamericana de 1787. Fue el resultado del compromiso entre liberales y absolutistas. En relación con su contenido se podría destacar las características esenciales siguientes:
-Se establece el principio de soberanía nacional, es decir que la autoridad suprema reside en el conjunto de la nación representada en las Cortes.
- La estructura del nuevo Estado era una monarquía limitada (no absoluta), representa por Fernando VII, con división estricta de poderes: el legislativo correspondía al rey junto con las Cortes; el ejecutivo, al rey, que presidía el gobierno; y el judicial, a los tribunales de justicia. El rey tiene derecho a veto
- Las Cortes, en cuanto que representan la voluntad de la nación, con amplios poderes; elaboraban las leyes, decidían sobre la sucesión al trono, aprobaban los tratados internacionales, etc.
-Se establece el fuero único para todos los ciudadanos, salvo para eclesiásticos y militares. Se garantiza toda una serie de derechos fundamentales del individuo: igualdad ante la ley, inviolabilidad del domicilio, libertad de imprenta, sufragio, educación elemental, garantías penales y procesales, etc.
-La propia constitución determinaba, también, el procedimiento para elegir a los diputados de las Cortes que representaban a los ciudadanos, no a los estamentos. Se aplicó un método indirecto: primero, por sufragio universal de todos los ciudadanos varones y mayores de edad –excluidos los miembros del clero regular, se elegía a unos delegados, quienes, después, se encargaban de elegir a los diputados.
-Creación de milicias nacionales para defender el nuevo régimen.
-Libertad económica, fin de los gremios, abolición de los señoríos, desamortización de propiedades en manos muertas (para alivias la hacienda).
Organización territorial: se divide en provincias y municipios.
En conclusión, la Constitución de 1812 representó el primer intento serio de racionalizar el Estado y el ejercicio del poder sobre la base de los principios del liberalismo.
59. Detalla las fases del conflicto entre liberales y absolutistas durante el reinado de Fernando VII.
El rey Fernando VII regresó a España en 1814 y fue recibido con júbilo por el pueblo, que veía en él al monarca “deseado” tras la lucha contra los franceses.
Sexenio absolutista (1814-1820). Un grupo de diputados absolutistas entregó al rey el Manifiesto de los Persas, un documento en el que se defendía el absolutismo y se atacaba la legislación de las Cortes de Cádiz. Poco tiempo después el rey declaró “nulos y de ningún valor” la Constitución y las leyes de las Cortes de Cádiz y amenazó a todo aquel que tratara de restablecerlos. Al mismo tiempo, hizo la promesa, que nunca cumplió, de revitalizar las tradicionales Cortes españolas. Fernando VII acometiendo contra los liberales, no reparaba en el hecho de que ellos también lucharon contra los franceses para conseguir su regreso a España como rey legítimo. De esta forma, las persecuciones de que fueron objeto los liberales les obligaron a pasar a la clandestinidad y a formar sociedades secretas, siempre dispuestas a la conspiración. La revolución liberal había sido frenada.
Sociedades secretas: asociaciones clandestinas, y casi siempre ilegales, que agrupaban a individuos que perseguían unos mismos objetivos, generalmente políticos. En el siglo XIX adquirieron verdadera importancia, pudiéndoselas considerar como embriones de lo que después fueron los partidos políticos. Tanto liberales como absolutistas tendieron a constituir este tipo de agrupaciones, algunas con nombres tan ampulosos como la Sociedad del Ángel Exterminador, de talante absolutista radical. La aparición y multiplicación de los partidos políticos, al amparo del derecho de asociación, traerían consigo la decadencia de este tipo de sociedades secretas.
El trienio liberal (1820-1823). La mala situación de la Hacienda Pública y la persecución de los liberales fueron las casas principales de los continuos pronunciamientos que se produjeron en esta época. En 1820, el oficial del Ejército Rafael de Riego, que se encontraba en Cabezas de San Juan (Sevilla) al frente de las tropas destinadas a combatir los movimientos de independencia en América, protagonizó un levantamiento que triunfó y logró el retorno del liberalismo. Otros pronunciamientos se unieron al de Riego y obligaron al rey a restablecer la Constitución. Comenzó así un nuevo período en el que los liberales gobernaron de manera constitucional, pero que tuvieron que afrontar diversas dificultades:
La crisis económica.
La división de los liberales en moderados (partidarios de reformas suaves) y exaltados o progresistas (defensores de reformas más radicales que impidiesen la vuelta al absolutismo).
La independencia de la América española.
Fernando VII pidió ayuda a las potencias europeas absolutistas, unidas en la Santa Alianza que enviaron un ejército, los Cien Mil Hijos de San Luis) que invadió la península y restableció de nuevo el absolutismo.
*Pronunciamiento: forma de sedición característica de la España del siglo XIX, en la que generalmente la iniciativa correspondía a un jefe militar que, erigiéndose en portavoz de la voluntad de la mayoría nacional, intentaba derrotar la autoridad constituida. El jefe militar se pronunciaba proclamando por medio de un manifiesto sus opiniones y propuestas políticas. El levantamiento armado se acompañaba con una llamada o grito a la opinión pública. Normalmente, estos pronunciamientos tenían un carácter local, que en muy raras ocasiones se propagaban de forma lenta a otras zonas. En la mayoría de los casos fracasaban por la falta de apoyo de una población poco identificada con este tipo de sediciones minoritarias.
La vuelta al absolutismo. La Década Ominosa (1823-1833)
Fernando VII suprimió todas las reformas del Trienio Liberal, Riego fue ahorcado y el rey volvió a gobernar de manera absolutista. Se produjeron nuevos intentos de sublevación, que terminaron con el fusilamiento del general Torrijos y el ajusticiamiento de Mariano Pineda en Granada (acusada de bordar una bandera liberal).
El problema sucesorio se planteó cuando Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, que derogaba la ley sálica (impuesta en el reinado de Felipe V y que impedía reinar a las mujeres en España).
Al nacer su hija Isabel fue reconocida como heredera del trono. Esto dio lugar a dos tendencias:
Los liberales, partidarios de Isabel.
Los absolutistas, partidarios del hermano del rey, don Carlos María Isidro, que se oponían al sistema liberal.
Los partidarios de don Carlos no aceptaron a Isabel como reina, lo que provocó una serie de guerras (Guerras carlistas) que asolaron España no solo durante el reinado de Isabel II, sino también en épocas posteriores.
Guerras carlistas: conflictos entre liberales y carlistas. Estos últimos eran partidarios del absolutismo y se oponían al sistema liberal. La Primera Guerra Carlista se produjo entre 1833 y 1839, durante la minoría de edad de Isabel II. En 1846 estalló la Segunda Guerra Carlista, que finalizó en 1849. La Tercera Guerra Carlista se desarrolló durante el Sexenio revolucionario y el reinado de Alfonso XII (1872-1876).
61. Representa en una línea del tiempo desde 1788 hasta 1833, situando en ella los principales acontecimientos históricos.
CRONOLOGÍA
1788 Comienzo del reinado de Carlos IV
1792 Ascenso de Godoy a primer ministro
1793 Comienzo de la guerra contra Francia
1795 Paz de Basilea
1796 Primer Tratado de San Ildefonso
1805 Derrota de Trafalgar
1807 Tratado de Fontainebleau
1808 Motín de Aranjuez. José I Bonaparte, rey de España. Comienzo de la guerra de la Independencia. Constitución de Bayona.
1810 Apertura de las Cortes de Cádiz
1812 Constitución de Cádiz
1813 Final de la guerra de la Independencia
1814 Retorno de Fernando VII y restauración del absolutismo
1820 Pronunciamiento de Riego y comienzo del Trienio Liberal
1823 Expedición de los Cien Mil Hijos de San Luis y nueva restauración del absolutismo
1833 Muerte de Fernando VII
63. Explica las causas y el desarrollo del proceso de independencia de las colonias americanas.
La emancipación de las colonias americanas la protagonizaron fundamentalmente los criollos (descendientes de españoles, nacidos en América, grupo dominante que poseían grandes explotaciones agrarias (Haciendas y ranchos) y controlaban el comercio colonial), animados por la experiencia norteamericana y los principios liberales, aspiraban también a controlar el poder político en su provecho. Sólo en México, el cura Hidalgo y, después Morelos consiguieron atraer a los indios hacia la lucha independentista.
Entre las causas de la independencia de la América española destacan:
La difusión de las ideas de la Revolución Francesa y, sobre todo, el ejemplo cercano de la independencia de Estados Unidos.
El descontento de la burguesía criolla, que deseaba desempeñar los altos cargos de Gobierno en América, que ocupaban españoles: “españoles peninsulares”.
La ayuda de Gran Bretaña y Estados Unidos, que aspiraban a controlar el comercio americano.
El papel desempeñado por EE.UU. a través de la doctrina de su presidente Monroe, que bajo el lema América para los americanos convertía a este país en árbitro de los destinos de América e impedía la intervención europea en este continente.
La situación conflictiva y de debilidad internacional de España, que concentraba sus esfuerzos en luchar en la Guerra de la Independencia.
Proceso de independencia.
Primera fase (1810-1814): surgieron movimientos revolucionarios que crearon nuevos gobiernos americanos. El precursor de la independencia de la América española fue el venezolano Francisco de Miranda, el primero que se enfrentó al gobierno de España (1805). En México, el cura Hidalgo levantó en 1810 a grandes masas de indios y mestizos contra las autoridades españolas.
Segunda fase (1815-1824): con la finalización de la guerra en España, acabaron también las primeras independencias americanas. Fernando VII, en un esfuerzo desmesurado, envió un ejército de 10.000 hombres, que en 1815 había restablecido la situación prácticamente en todas partes. Pero entre 1816 y 1824 se consumó el proceso de independencia en el que destacaron los generales Simón Bolívar y José de San Martín. En esta fase fu fundamental el apoyo abierto de Inglaterra y EE.UU. a favor de los independentistas, así como el pronunciamiento de Riego en 1820 con las tropas que habían de embarcar para sofocar la rebelión en América. Entre 1817 y 1824 se produjeron las victorias del general San Martín en Chacabuco (Chile, 1817), del general Bolívar en Carabobo (Venezuela, 1821) y del general Sucre en Ayacucho (Perú, 1824), que supusieron la independencia de la mayor parte de la América española.
Los nuevos gobiernos independientes fueron reconocidos casi inmediatamente por Inglaterra y EE.UU. En 1825 se creó un nuevo país, Bolivia, en honor de unos de los libertadores (Simón Bolívar).
Consecuencias:
Cuando acabó el reinado de Fernando VII, el inmenso imperial colonial de antaño había reducido a Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El desastre no solo fue militar sino fundamentalmente económico:
a) Inglaterra y EE.UU. suplantaron a España en el control del mercado americano.
b) El comercio con América, una de las principales actividades de la economía española, se redujo en gran medida y afectó especialmente a zonas como Cataluña, que orientaba gran parte de su producción a la exportación a las colonias.
c) Desapareció también una fuente importante de ingresos para la Hacienda Real –los caudales de Indias-, que quedó al borde de la quiebra.
Personajes: Diego Muñoz Torrero, Jerónimo
LA VISIÓN DE GOYA SOBRE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA:
DOCUMENTAL SOBRE LA ÉPOCA DE FERNANDO VII
DOCUMENTAL SOBRE LA IMPLANTACIÓN DEL RÉGIMEN LIBERAL
BLOQUE V. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN.
En el agitado período comprendido entre la muerte de Carlos III (1788) y la de Fernando VII (1833), España se debatió entre dos tendencias opuestas: por un lado, los intentos de implantar la revolución liberal, lo que en el ámbito político exigía el establecimiento de una monarquía parlamentaria y constitucional, y, por otro, la resistencia y oposición de la monarquía absoluta a tales pretensiones. Partidarios de una u otra tendencia se impusieron en distintos momentos de modo alternativo.
Se trata, por tanto, de una etapa de transición, marcada en sus comienzos por el impacto de la Revolución francesa, y caracterizada por un ritmo de avances y retrocesos en el camino hacia el nuevo modelo de sociedad y Estado a que aspira el liberalismo.
El reinado de Carlos IV se desenvolvió entre la hostilidad a la Francia revolucionaria y la sumisión a la Francia napoleónica. La crisis tuvo su momento culminante en 1808. Comenzó entonces una terrible guerra, que tuvo varias dimensiones: guerra patriótica frente a los ejércitos napoleónicos; guerra civil, pues una parte del país estaba del lado de José I Bonaparte, y, finalmente, guerra internacional, ya que España fue el teatro principal de operaciones de los ejércitos francés e inglés.
La guerra de la Independencia, con la labor legisladora de las Cortes de Cádiz –las primeras de tipo moderno-, ofreció la oportunidad de poner en marcha la revolución liberal burguesa, que se vio truncada al acabar la guerra con el retorno de Fernando VII y el establecimiento del absolutismo.
Un nuevo intento de revolución liberal se llevó a cabo entre 1820 y 1823, lo cual obligó al rey a someterse a un marco constitucional. No obstante, fue nuevamente frustrado, en este caso con una intervención militar extranjera, que restableció, por segunda vez, el absolutismo. Entretanto, España perdió la mayor parte de su imperio colonial.
56. Describe la Guerra de la Independencia: sus causas, la composición de los bandos en conflicto y el desarrollo de los acontecimientos.
La Guerra de la Independencia supuso la resistencia armada del pueblo español frente a la ocupación efectiva de España por Napoleón.
Causas:
a) Las rencillas internas de la familia real española fueron aprovechadas por Napoleón, quien consiguió, atraer a la ciudad francesa de Bayona a Carlos IV y a Fernando VII.
b) El 2 de mayo de 1808, el pueblo madrileño se amotinó y fue reprimido por las tropas del general Murat con extrema dureza.
c) En Bayona, Napoleón nombró rey de España a su hermano José Bonaparte, aunque mediante una fórmula de traspaso de poderes: Fernando VII devolvía el trono a su padre, quién renunciaba a él en favor de Napoleón, quien, a su vez, lo cedía a su hermano José.
d) Tras conocerse los hechos mencionados, se extendió la insurrección a todos los territorios no ocupados por el ejército francés.
Los bandos en conflicto: fue una guerra de liberación contra un invasor extranjero, pero también una guerra civil, ya que un importante sector aceptó a José I Bonaparte
a) La España de José I Bonaparte era la parte del territorio ocupada por el ejército francés. Contaba con el apoyo de los afrancesados, entre los cuales había serviles u oportunistas, también de muchos reformistas e ilustrados, que pretendían una modernización de España.
b) La España de la insurrección popular y la resistencia la integraban los territorios no dominados por el ejército francés. Afirmaban luchar en nombre de Fernando VII. Sin embargo, pertenecían a dos grupos ideológicos muy dispares.
1. Los liberales, pretendían el establecimiento de un nuevo tipo de monarquía.
2. Los absolutistas, partidarios del retorno de Fernando VII, como monarca absoluto.
Desarrollo de la guerra.
En los territorios donde triunfaron los rebeldes antifranceses se destituyó a las autoridades existentes y se crearon Juntas locales, la Junta Suprema Central, asumió la labor de dirigir la guerra contra los franceses, asimismo asumió el gobierno del país en las zonas no ocupadas.
La España de José I y los afrancesados contaba con el ejército napoleónico; los rebeldes, a su vez, disponían de la ayuda del ejército inglés y de la guerrilla popular. Los guerrilleros atacaban por sorpresa y después, huían y se escondían,
Se pueden distinguir tres fases.
Hasta noviembre de 1808: etapa de euforia y protagonismo de la resistencia española. Esta consiguió algunas victorias sobre el ejército francés, como la de Bailén (19 de julio) que impidió la ocupación francesa de Andalucía y creó tal alarma que José I abandonó Madrid para establecerse en Vitoria.
2. Desde noviembre de 1808 a enero de 1812. Napoleón decidió dirigir en persona las campañas militares en España; fueron de vital importancia la participación militar de Inglaterra en la contienda y la aparición de la guerrilla popular.
3. De 1812 al final de la guerra: la situación se invirtió. El Imperio napoleónico empezó a tener problemas en Europa, y en España la iniciativa de la guerra la tomaron los rebeldes y el ejército inglés –con el apoyo de Portugal-, que presionaron a los franceses a la retirada. El duque de Wellington al mando de las tropas hispano-británicas vencieron a las francesas en Arapiles (Salamanca), Vitoria (Álava) y San Marcial (Guipúzcoa) lo que obligó al ejército francés a retirarse en 1814.
A finales de 1813 se firmó el Tratado de Valençay, por el que Napoleón reconocía a Fernando VII como rey de España.
Guerrilla: forma de lucha en la que intervenían partidas armadas compuestas desde idealistas patriotas hasta bandidos. Conocían muy bien el terreno atacando por sorpresa la retaguardia de las tropas francesas y luego huían y se escondían. Recibían apoyo de la población civil. Algunos de sus cabecillas alcanzaron tal fama y prestigio que sus nombres pasaron a formar parte de la mitología popular.
58. Comenta las características esenciales de la Constitución de 1812.
La resistencia popular ante la invasión napoleónica se manifestó en la Guerra de la Independencia (1808-1813). En los territorios donde triunfaron los rebeldes antifranceses se destituyó a las autoridades existentes y se crearon Juntas locales, también hubo Juntas provinciales, coordinadas por la Junta Suprema Central que se encargó de la defensa del país y asumió las tareas de gobierno. El Estatuto de Bayona (6-6-1808) recogía, por primera vez, derechos individuales como la libertad de imprenta o la inviolabilidad del domicilio. En Cádiz, la Junta Suprema Central decide la convocatoria de unas cortes extraordinarias en 1809. La labor más importante de las Cortes de Cádiz fue la promulgación de la primera Constitución auténticamente española.
En la historia del Derecho está considerada como una de los mejores modelos del primer constitucionalismo occidental, a la altura de la Constitución francesa de 1791 o la norteamericana de 1787. Fue el resultado del compromiso entre liberales y absolutistas. En relación con su contenido se podría destacar las características esenciales siguientes:
-Se establece el principio de soberanía nacional, es decir que la autoridad suprema reside en el conjunto de la nación representada en las Cortes.
- La estructura del nuevo Estado era una monarquía limitada (no absoluta), representa por Fernando VII, con división estricta de poderes: el legislativo correspondía al rey junto con las Cortes; el ejecutivo, al rey, que presidía el gobierno; y el judicial, a los tribunales de justicia. El rey tiene derecho a veto
- Las Cortes, en cuanto que representan la voluntad de la nación, con amplios poderes; elaboraban las leyes, decidían sobre la sucesión al trono, aprobaban los tratados internacionales, etc.
-Se establece el fuero único para todos los ciudadanos, salvo para eclesiásticos y militares. Se garantiza toda una serie de derechos fundamentales del individuo: igualdad ante la ley, inviolabilidad del domicilio, libertad de imprenta, sufragio, educación elemental, garantías penales y procesales, etc.
-La propia constitución determinaba, también, el procedimiento para elegir a los diputados de las Cortes que representaban a los ciudadanos, no a los estamentos. Se aplicó un método indirecto: primero, por sufragio universal de todos los ciudadanos varones y mayores de edad –excluidos los miembros del clero regular, se elegía a unos delegados, quienes, después, se encargaban de elegir a los diputados.
-Creación de milicias nacionales para defender el nuevo régimen.
-Libertad económica, fin de los gremios, abolición de los señoríos, desamortización de propiedades en manos muertas (para alivias la hacienda).
Organización territorial: se divide en provincias y municipios.
En conclusión, la Constitución de 1812 representó el primer intento serio de racionalizar el Estado y el ejercicio del poder sobre la base de los principios del liberalismo.
59. Detalla las fases del conflicto entre liberales y absolutistas durante el reinado de Fernando VII.
El rey Fernando VII regresó a España en 1814 y fue recibido con júbilo por el pueblo, que veía en él al monarca “deseado” tras la lucha contra los franceses.
Sexenio absolutista (1814-1820). Un grupo de diputados absolutistas entregó al rey el Manifiesto de los Persas, un documento en el que se defendía el absolutismo y se atacaba la legislación de las Cortes de Cádiz. Poco tiempo después el rey declaró “nulos y de ningún valor” la Constitución y las leyes de las Cortes de Cádiz y amenazó a todo aquel que tratara de restablecerlos. Al mismo tiempo, hizo la promesa, que nunca cumplió, de revitalizar las tradicionales Cortes españolas. Fernando VII acometiendo contra los liberales, no reparaba en el hecho de que ellos también lucharon contra los franceses para conseguir su regreso a España como rey legítimo. De esta forma, las persecuciones de que fueron objeto los liberales les obligaron a pasar a la clandestinidad y a formar sociedades secretas, siempre dispuestas a la conspiración. La revolución liberal había sido frenada.
Sociedades secretas: asociaciones clandestinas, y casi siempre ilegales, que agrupaban a individuos que perseguían unos mismos objetivos, generalmente políticos. En el siglo XIX adquirieron verdadera importancia, pudiéndoselas considerar como embriones de lo que después fueron los partidos políticos. Tanto liberales como absolutistas tendieron a constituir este tipo de agrupaciones, algunas con nombres tan ampulosos como la Sociedad del Ángel Exterminador, de talante absolutista radical. La aparición y multiplicación de los partidos políticos, al amparo del derecho de asociación, traerían consigo la decadencia de este tipo de sociedades secretas.
El trienio liberal (1820-1823). La mala situación de la Hacienda Pública y la persecución de los liberales fueron las casas principales de los continuos pronunciamientos que se produjeron en esta época. En 1820, el oficial del Ejército Rafael de Riego, que se encontraba en Cabezas de San Juan (Sevilla) al frente de las tropas destinadas a combatir los movimientos de independencia en América, protagonizó un levantamiento que triunfó y logró el retorno del liberalismo. Otros pronunciamientos se unieron al de Riego y obligaron al rey a restablecer la Constitución. Comenzó así un nuevo período en el que los liberales gobernaron de manera constitucional, pero que tuvieron que afrontar diversas dificultades:
La crisis económica.
La división de los liberales en moderados (partidarios de reformas suaves) y exaltados o progresistas (defensores de reformas más radicales que impidiesen la vuelta al absolutismo).
La independencia de la América española.
Fernando VII pidió ayuda a las potencias europeas absolutistas, unidas en la Santa Alianza que enviaron un ejército, los Cien Mil Hijos de San Luis) que invadió la península y restableció de nuevo el absolutismo.
*Pronunciamiento: forma de sedición característica de la España del siglo XIX, en la que generalmente la iniciativa correspondía a un jefe militar que, erigiéndose en portavoz de la voluntad de la mayoría nacional, intentaba derrotar la autoridad constituida. El jefe militar se pronunciaba proclamando por medio de un manifiesto sus opiniones y propuestas políticas. El levantamiento armado se acompañaba con una llamada o grito a la opinión pública. Normalmente, estos pronunciamientos tenían un carácter local, que en muy raras ocasiones se propagaban de forma lenta a otras zonas. En la mayoría de los casos fracasaban por la falta de apoyo de una población poco identificada con este tipo de sediciones minoritarias.
La vuelta al absolutismo. La Década Ominosa (1823-1833)
Fernando VII suprimió todas las reformas del Trienio Liberal, Riego fue ahorcado y el rey volvió a gobernar de manera absolutista. Se produjeron nuevos intentos de sublevación, que terminaron con el fusilamiento del general Torrijos y el ajusticiamiento de Mariano Pineda en Granada (acusada de bordar una bandera liberal).
El problema sucesorio se planteó cuando Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, que derogaba la ley sálica (impuesta en el reinado de Felipe V y que impedía reinar a las mujeres en España).
Al nacer su hija Isabel fue reconocida como heredera del trono. Esto dio lugar a dos tendencias:
Los liberales, partidarios de Isabel.
Los absolutistas, partidarios del hermano del rey, don Carlos María Isidro, que se oponían al sistema liberal.
Los partidarios de don Carlos no aceptaron a Isabel como reina, lo que provocó una serie de guerras (Guerras carlistas) que asolaron España no solo durante el reinado de Isabel II, sino también en épocas posteriores.
Guerras carlistas: conflictos entre liberales y carlistas. Estos últimos eran partidarios del absolutismo y se oponían al sistema liberal. La Primera Guerra Carlista se produjo entre 1833 y 1839, durante la minoría de edad de Isabel II. En 1846 estalló la Segunda Guerra Carlista, que finalizó en 1849. La Tercera Guerra Carlista se desarrolló durante el Sexenio revolucionario y el reinado de Alfonso XII (1872-1876).
61. Representa en una línea del tiempo desde 1788 hasta 1833, situando en ella los principales acontecimientos históricos.
CRONOLOGÍA
1788 Comienzo del reinado de Carlos IV
1792 Ascenso de Godoy a primer ministro
1793 Comienzo de la guerra contra Francia
1795 Paz de Basilea
1796 Primer Tratado de San Ildefonso
1805 Derrota de Trafalgar
1807 Tratado de Fontainebleau
1808 Motín de Aranjuez. José I Bonaparte, rey de España. Comienzo de la guerra de la Independencia. Constitución de Bayona.
1810 Apertura de las Cortes de Cádiz
1812 Constitución de Cádiz
1813 Final de la guerra de la Independencia
1814 Retorno de Fernando VII y restauración del absolutismo
1820 Pronunciamiento de Riego y comienzo del Trienio Liberal
1823 Expedición de los Cien Mil Hijos de San Luis y nueva restauración del absolutismo
1833 Muerte de Fernando VII
63. Explica las causas y el desarrollo del proceso de independencia de las colonias americanas.
La emancipación de las colonias americanas la protagonizaron fundamentalmente los criollos (descendientes de españoles, nacidos en América, grupo dominante que poseían grandes explotaciones agrarias (Haciendas y ranchos) y controlaban el comercio colonial), animados por la experiencia norteamericana y los principios liberales, aspiraban también a controlar el poder político en su provecho. Sólo en México, el cura Hidalgo y, después Morelos consiguieron atraer a los indios hacia la lucha independentista.
Entre las causas de la independencia de la América española destacan:
La difusión de las ideas de la Revolución Francesa y, sobre todo, el ejemplo cercano de la independencia de Estados Unidos.
El descontento de la burguesía criolla, que deseaba desempeñar los altos cargos de Gobierno en América, que ocupaban españoles: “españoles peninsulares”.
La ayuda de Gran Bretaña y Estados Unidos, que aspiraban a controlar el comercio americano.
El papel desempeñado por EE.UU. a través de la doctrina de su presidente Monroe, que bajo el lema América para los americanos convertía a este país en árbitro de los destinos de América e impedía la intervención europea en este continente.
La situación conflictiva y de debilidad internacional de España, que concentraba sus esfuerzos en luchar en la Guerra de la Independencia.
Proceso de independencia.
Primera fase (1810-1814): surgieron movimientos revolucionarios que crearon nuevos gobiernos americanos. El precursor de la independencia de la América española fue el venezolano Francisco de Miranda, el primero que se enfrentó al gobierno de España (1805). En México, el cura Hidalgo levantó en 1810 a grandes masas de indios y mestizos contra las autoridades españolas.
Segunda fase (1815-1824): con la finalización de la guerra en España, acabaron también las primeras independencias americanas. Fernando VII, en un esfuerzo desmesurado, envió un ejército de 10.000 hombres, que en 1815 había restablecido la situación prácticamente en todas partes. Pero entre 1816 y 1824 se consumó el proceso de independencia en el que destacaron los generales Simón Bolívar y José de San Martín. En esta fase fu fundamental el apoyo abierto de Inglaterra y EE.UU. a favor de los independentistas, así como el pronunciamiento de Riego en 1820 con las tropas que habían de embarcar para sofocar la rebelión en América. Entre 1817 y 1824 se produjeron las victorias del general San Martín en Chacabuco (Chile, 1817), del general Bolívar en Carabobo (Venezuela, 1821) y del general Sucre en Ayacucho (Perú, 1824), que supusieron la independencia de la mayor parte de la América española.
Los nuevos gobiernos independientes fueron reconocidos casi inmediatamente por Inglaterra y EE.UU. En 1825 se creó un nuevo país, Bolivia, en honor de unos de los libertadores (Simón Bolívar).
Consecuencias:
Cuando acabó el reinado de Fernando VII, el inmenso imperial colonial de antaño había reducido a Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El desastre no solo fue militar sino fundamentalmente económico:
a) Inglaterra y EE.UU. suplantaron a España en el control del mercado americano.
b) El comercio con América, una de las principales actividades de la economía española, se redujo en gran medida y afectó especialmente a zonas como Cataluña, que orientaba gran parte de su producción a la exportación a las colonias.
c) Desapareció también una fuente importante de ingresos para la Hacienda Real –los caudales de Indias-, que quedó al borde de la quiebra.
Personajes: Diego Muñoz Torrero, Jerónimo
LA VISIÓN DE GOYA SOBRE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA:
Guerrillero español:
Motín de Aranjuez (aniversario)
DOCUMENTAL SOBRE LA ÉPOCA DE FERNANDO VII
DOCUMENTAL SOBRE LA IMPLANTACIÓN DEL RÉGIMEN LIBERAL
Para saber más acerca de la Constitución de 1812.
Moderados y Progresistas
Línea del tiempo en TimeToast
Línea del tiempo: 1788/1833
España en el siglo XIX
Estándar 63 Comentario de un mapa histórico: explica el proceso de independencia de las colonias americanas:
Nos encontramos ante un mapa histórico de situación del continente americano que representa la independencia de las colonias desde 1810 a 1883. Es decir, poco después de la invasión de España por las tropas de Napoleón y se consolidó al final del reinado de Fernando VII.
La emancipación de las colonias americanas la protagonizaron fundamentalmente los criollos (descendientes de españoles, nacidos en América, grupo dominante que poseían grandes explotaciones agrarias y controlaban el comercio colonial. Sólo en México, el cura Hidalgo y, después Morelos consiguieron atraer a los indios hacia la lucha independentista.
En el mapa se observa la Primera fase, ocurrida en la Regencia (1810-1814), con trama punteada. Se extiende el descontento por la escasa representación de los criollos en las cortes gaditanas Al Igual que en España, se forman Juntas para gobernar las distintas regiones.
En México, el cura Hidalgo levantó en 1810 a grandes masas de indios y mestizos contra las autoridades española, se independizan Paraguay y parte de las Provincias Unidas de Río de la Plata.
Durante el sexenio absolutista, en color gris oscuro (1814-1820) se independizan Chile y Colombia; Fernando VII, en un esfuerzo desmesurado, envió un ejército de 10.000 hombres, que en 1815 había restablecido la situación prácticamente en todas partes. Avanza el proceso de independencia en el que destacaron los generales Simón Bolívar y José de San Martín. Fue fundamental el apoyo abierto de Inglaterra y EE.UU. a favor de los independentistas, así como el pronunciamiento de Riego en 1820 con las tropas que habían de embarcar para sofocar la rebelión en América.
Durante el Trienio Liberal (1820-1823), con trama gris a cuadros; aparecen México, Perú o Venezuela. Entre 1817 y 1824 se produjeron las victorias del general Bolívar en Carabobo (Venezuela, 1821) y del general Sucre en Ayacucho (Perú, 1824), que supusieron la independencia de la mayor parte de la América española. En México se consolidó la independencia en 1823.
Durante la Década ominosa (1823-1833, cuadrados inclinados) finaliza el proceso, comienza la formación de los estados nacionales a partir de la división de las grandes áreas formadas por los libertadores. España pierde todas sus colonias salvo Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Entre las causas de la independencia de la América española destacan:
La difusión de las ideas de la Revolución Francesa y, sobre todo, el ejemplo cercano de la independencia de Estados Unidos.
El descontento de la burguesía criolla, que deseaba desempeñar los altos cargos de Gobierno en América, que ocupaban españoles: “españoles peninsulares”. Por otro lado se aprovechó el vacío de poder creado tras la ocupación de España por las tropas napoleónicas y la imposición de José Bonaparte como rey.
La ayuda de Gran Bretaña y Estados Unidos, que aspiraban a controlar el comercio americano.
El papel desempeñado por EE.UU. a través de la doctrina de su presidente Monroe, que bajo el lema América para los americanos convertía a este país en árbitro de los destinos de América e impedía la intervención europea en este continente.
La situación conflictiva y de debilidad internacional de España, que concentraba sus esfuerzos en luchar en la Guerra de la Independencia.
BLOQUE VI: Bloque 6.
La conflictiva construcción del Estado Liberal (1833-1874).Identifica el ámbito geográfico del carlismo y explica su ideario y apoyos sociales. Estándar nº 66
Es un movimiento sociopolítico de carácter antiliberal y contrarrevolucionario que apareció en España a comienzos del siglo XIX. Eran realistas tradicionalistas, absolutistas y antiliberales, que desconfiaban de la igualdad jurídica, de las reformas tributarias, de la separación entre Iglesia y Estado su ideología se puede resumir en la frase: “Dios, Patria, Rey y Fueros”. Se convertirán en carlistas al apoyar al pretendiente Carlos Mª Isidro, hermano de Fernando VII, frente a los partidarios de la hija de Fernando VII, Isabel tras la abolición de la Ley Sálica.
Entre sus apoyos sociales podemos destacar principalmente, además del apoyo de la Santa Sede: la nobleza rural y la mayor parte del clero, molestos por la eliminación del diezmo y las desamortizaciones que veían amenazadas sus costumbres. Un sector del ejército y de las élites, artesanos y campesinos empobrecidos del País Vasco, Navarra y zonas montañosas de Cataluña, Aragón y Valencia.
Hubo tres guerras Carlistas que duraron desde 1846 a 1876.
Primera G. Carlista: (1833-1840). Las zonas principales de acción fueron Navarra, P. Vasco, Maestrazgo, Cataluña, Aragón. El conflicto acaba con el Convenio de Vergara 1839, acordándose mantener los fueros del País Vasco y Navarra.
Segunda G. Carlista: (1846-1849), afectó exclusivamente a Cataluña. Comienza supuestamente ante el fracaso en el intento de casar a Isabel II con el heredero carlista.
Tercera G. Carlista: (1872-1876) se inicia destronada Isabel II, tras la revolución de la
“Gloriosa”, descontentos por la llegada de Amadeo de Saboya, al que muchos, incluyendo algunos isabelinos, veían como un enemigo de la Iglesia. Tras la derrota algunos carlistas acaban reconociendo a Alfonso XII e integrándose en el sistema
Explica las causas y consecuencias de las dos primeras guerras carlistas. Estándar nº 67
Sus orígenes hemos de buscarlos en los diputados "serviles" de las Cortes de Cádiz y los realistas que en el Trienio Liberal (1820-1823) formaron partidas en el norte de España
Estos realistas tradicionalistas, absolutistas y antiliberales, desconfiaban de la igualdad jurídica, de las reformas tributarias, de la separación entre Iglesia y Estado, que posteriormente añadirán a su ideario la causa foralista. Fue un movimiento que destaca por su elasticidad. Con todo, su ideología se puede resumir en la frase: “Dios, Patria, Rey y Fueros”.
Se convertirán en carlistas al apoyar, en el pleito desencadenado por la sucesión de Fernando VII, al pretendiente Carlos Mª Isidro, hermano de Fernando VII, frente a los partidarios de la hija de Fernando VII, Isabel.
Los carlistas argumentaban la vigencia de la Ley Sálica, por medio del Reglamento de Sucesión promulgado por Felipe V en 1713 y que en 1830 había quedado abolida por la Pragmática Sanción. La primera guerra carlista (1833-1840) fue la más violenta y dramática, con casi 200.000 muertos. Los primeros levantamientos en apoyo de Carlos María Isidro, proclamado rey por sus seguidores con el nombre de Carlos V,
ocurrieron a los pocos días de morir Fernando VII, pero fueron sofocados en todas partes con facilidad, salvo en el medio rural de las Vascongadas, Navarra, Aragón, Cataluña y Levante.
Se trataba ante todo de una contienda civil; sin embargo, tuvo también una proyección exterior: las potencias absolutistas (Austria, Rusia y Prusia), así como el Papa, apoyaban más o menos abiertamente al bando carlista; mientras que Inglaterra, Francia y Portugal secundaron a Isabel II, lo que se materializó en el Tratado de la Cuádruple Alianza (1834).
Ambos bandos contaban en sus filas generales de gran talla –Zumalacárregui en el norte, y Cabrera en el este, por parte de los carlistas; Espartero, por la parte isabelina-, lo que prolongó y dificultó la solución del conflicto.
El agotamiento carlista provocó la división interna del movimiento entre los intransigentes –partidarios de seguir la guerra- y los moderados, encabezados por el general Maroto –partidarios de llegar a un acuerdo honroso con el enemigo.
Las negociaciones entre Maroto y Espartero culminaron en el Convenio de Vergara (1839) que marcó el fin de la guerra en el norte; no obstante, Cabrera resistió en la zona levantina casi un año más.
La segunda guerra carlista no tuvo el impacto ni la violencia de la primera, pero se prolongó de forma discontinua desde 1849 hasta 1860. Su principal escenario estuvo en el campo catalán, aunque hubo algunos episodios aislados en otras zonas, y el pretendiente en esta ocasión era Carlos VI, hijo de Carlos María Isidro.
Consecuencias. Este conflicto, casi permanente durante la primera mitad del reinado de Isabel II, estuvo importantes repercusiones, además de los elevados costes humanos:
a) La inclinación de la monarquía hacia el liberalismo. El agrupamiento de los absolutistas en torno a Carlos V convirtió a los liberales en el más seguro y consistente apoyo del trono de Isabel II.
b) El protagonismo político de los militares. Ante la amenaza carlista, los militares se convirtieron en una pieza clave para la defensa del régimen liberal. Los generales o “espadones”, conscientes de su protagonismo, se acomodaron al frente de los partidos y se erigieron en árbitros de la vida política. El recurso abusivo a la práctica del pronunciamiento se convirtió en la fórmula habitual de instaurar cambios de gobierno o de reorientar la política durante todo el reinado.
c) Los enormes gastos de la guerra. Situaron a la nueva monarquía liberal ante serios apuros
d) fiscales, que en gran medida condicionaron la orientación dada a ciertas reformas, como por ejemplo, la desamortización de Mendizábal.
ESTÁNDAR 68.- A PARTIR DE LA SIGUIENTE LÍNEA DEL TIEMPO, REALIZA UNA RELACIÓN CRONOLÓGICAMENTE ORDENADA ENTRE LOS SIGUIENTES PERIODOS HISTÓRICOS Y LOS ACONTECIMIENTOS QUE SE DESARROLLAN DESDE 1833 HASTA 1874.
- Periodos: Reinado de Isabel II (regencia de María Cristina, regencia de Espartero, Década Moderada, Pronunciamiento de O’Donell [Vicalvarada]: Bienio Progresista, vuelta al moderantismo), Revolución Gloriosa: Sexenio Democrático.
- Acontecimientos: I Guerra Carlista, Estatuto Real, proclamación de Amadeo I, Proclamación de la I República, golpe de Estado de Pavía y pronunciamiento del General Martínez Campos.
1833 – 1868 Reinado de Isabel II
1833 – 1840 regencia de María Cristina
• 1833. I Guerra Carlista
• 1834 Estatuto Real
1840 – 1843 regencia de Espartero
1844 – 1854 Década Moderada
1854 – 1856 Pronunciamiento de O’Donell (Vicalvarada) inicia el Bienio Progresista
1856 – 1868 vuelta al moderantismo
1868 - 1874 Revolución Gloriosa da paso al Sexenio Democrático
1871 proclamación de Amadeo I
1873 Proclamación de la I República
1874 golpe de Estado de Pavía y pronunciamiento del General Martínez Campos.
Nº 72. COMPARA LAS DESAMORTIZACIONES DE
MENDIZÁBAL Y MADOZ, Y ESPECIFICA LOS OBJETIVOS DE UNA Y OTRA.
Nos encontramos ante un gráfico de barras que representa la
desamortización de bienes eclesiásticos (Mendizábal)
en color gris claro y la de bienes civiles o desamortización de Madoz en color negro, ambas aparecen en el eje
de las abscisas o eje horizontal,
mientras que en el de las ordenadas
o eje vertical se representa el valor de las mismas en millones de reales de vellón.
De este modo vemos que en época
de Mendizábal
(1836), la desamortización de bienes eclesiásticos alcanza su culminación,
superando los 3000 millones de reales, desciende drásticamente en 1845 (en
torno a 100 millones), para ascender a 400 en 1855, donde por primera vez es
superada por la desamortización civil (Ley
de Madoz), en 1858 ronda los 1300 millones, mientras la de bienes civiles
se dispara rondando los 2800 millones de reales.
En
el s. XVIII
los políticos ilustrados españoles quisieron modernizar la agricultura. Para
aumentar la rentabilidad, se debía invertir en maquinaria, abonos, métodos de
cultivo y mercados para comercializar.
Los terratenientes vivían de las
rentas del campo, y nunca se dedicaban a modernizar los
cultivos en sus tierras. Además,
muchas tierras pertenecían a los municipios, y eran
improductivas, aunque servían de
complemento a las economías de las clases más
desfavorecidas. Las desamortizaciones nacionalizaban las
tierras, para posteriormente venderlas en lotes en pública subasta. Los objetivos se pueden clasificar en: fiscales (resolver los
problemas de la Hacienda en medio de los conflictos carlistas), políticos
(crear una clase burguesa identificada con el estado liberal), económicos
(hacer de la agricultura el motor de la modernización de España, poder
solicitar créditos para el Estado) y sociales (restar apoyos al carlismo
y rebajar también las tensiones en el campo). Sus consecuencias fueron el crecimiento de los latifundios y el empeoramiento de las condiciones de vida del campesinado.
La
desamortización de Mendizábal (1836-1851). Se realizó durante la Regencia
de Mª Cristina. Fue básicamente sobre la propiedad eclesiástica (manos muertas), afectando a bienes de órdenes
religiosas. Se beneficiaron de la subasta las clases medias y altas;
subió el precio de los arrendamientos, y los campesinos se convirtieron en
jornaleros, tampoco logró sanear la Hacienda.
La
desamortización de Madoz (1855). Se realizó durante el Bienio Progresista.
Su finalidad era amortizar la Deuda y sufragar la construcción del ferrocarril,
afectó a los bienes municipales y a los
de las órdenes militares. Al eliminarse la propiedad comunal afectó
a los campesinos más pobres.
76. DESCRIBE LAS CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DE LA CONSTITUCIÓN DEMOCRÁTICA DE 1869.
El 17 de septiembre de 1868 la revolución –conocida como la “Gloriosa” se extendió por todas partes, con levantamientos populares y la organización de juntas revolucionarias locales. Días después, Serrano vencía al ejército gubernamental en Alcolea (Córdoba) e Isabel II huía a Francia. Tras la constitución de un gobierno provisional presidido por Serrano se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes, por sufragio universal directo. Pero bajo la aparente unidad de sus protagonistas, en la Revolución de 1868 había al menos dos grandes bloques sociopolíticos, cuyos objetivos solo coincidían en parte.
a) Los progresistas, aspiraban a un nuevo régimen más abierto y representativo. Pero temían la radicalización social y las propuestas revolucionarias.
b) Los republicanos pretendían no solo cambios políticos más radicales –como la República federal-, sino también orientar la revolución hacia la justicia económica y social.
La Constitución de 1869.
El gobierno provisional implantó el sufragio universal (masculino), que se tradujo en un espectacular aumento del censo electoral. El texto elaborado por las Cortes de 1869 está considerado por muchos como la primera Constitución democrática de nuestra historia.
Entre sus características principales destacan las siguientes:
b) Se proclamaba solemnemente la soberanía nacional, resaltando que todos los poderes emanaban de la nación, cuya forma de gobierno era la monarquía.
c) Se otorgaba un gran protagonismo a las Cortes, como máximo órgano representativo de la nación –no solo legislaban, sino también controlaban al gobierno-; y, por otra parte, se limitaba el poder del rey. Eran bicamerales, las dos cámaras eran elegidas por sufragio universal.
d) Separación radical de los poderes - Al frente del Estado se sitúa un presidente auxiliado por ministros
e) Elección democrática de los representantes municipales
f) Juicios por tribunales populares (jurados)
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